Otro sector en el que parece haber cundido el pánico es en el del libro. La popularización del libro electrónico parece que le haya pillado de improviso al sector editorial y de distribución y venta de libros en papel en España.
Mientras en Estados Unidos los dispositivos de e-books, como el Kindle de Amazon o el lector de Sony, se han extendido y comercializado considerablemente –El Kindle ha sido el producto más vendido de la historia de Amazon en estas Navidades – en España no suponen ni el 1% del total facturado. Algunos auguran que en 2015 pueda alcanzar el 50 % del negocio, pero con estas cifras resulta difícil de creer.
Progresivamente observamos cómo cada vez más editoriales y librerías se están animando a dar el salto a la red, bien ofreciendo un servicio de entrega de libros y publicaciones a domicilio, bien promocionando la venta y descarga de libros electrónicos, como por ejemplo MundoEbook . Creemos que merece la pena reseñar como modelos de innovación e iniciativas pioneras a seguir a la agencia literaria de Carmen Balcells, que está otorgando licencias de edición digital de obras de sus autores, y a Juan José Millás y Bubok y su proyecto de difusión de narraciones breves a través de SMS. Creemos que el modelo de negocio de Bubok, ofreciendo la tecnología y el soporte para publicar libros gratis y revirtiendo el 80 % del beneficio al creador, marca el camino a seguir.
La cuestión es ¿es esto narrativa digital? ¿Cambia la naturaleza de la narrativa al usar medios digitales?
Bueno, si definimos la narrativa digital, o la literatura digital en general, como aquella que es producida, manipulada o almacenada con tecnología digital, sí. La literatura se reinventa a sí misma una vez más.